El ozono es un gas que actúa como un antioxidante; estimula a los glóbulos blancos, lo que aumenta las defensas del organismo ante infecciones y células mutágenas que pueden producir cáncer o enfermedades autoinmunes. Mejora la función celular y la circulación en general; y también es un poderoso germicida.
Las aplicaciones terapéuticas para el ozono tienen una amplia gama para distintas enfermedades.
Desde carcinomas (crecimientos tumorales, quísticos y otros); trastornos circulatorios, vías urinarias, enfermedades vesiculares, Apoyo regenerativo (músculos, huesos, cartílagos, otros).
También se tratan enfermedades reumáticas en general, poliartrosis, hernias discales, artrosis, trombosis, flebitis y varices y ulceras diabéticas; colitis ulcerosa, colon irritable, eczema anal, fisuras y fístulas anales, hemorroides e infecciones genitales.
Puede ser inyectado en articulaciones o músculos; se utiliza una aguja aguja muy delgada y noble.
De una manera no directa también se usa para la preparación de la vacuna de ozono. O puede aplicarse a través de sondas vía vaginal o anal.
Algunos usos del ozono son:
La ozonoterapia se utiliza como apoyo en situaciones en que la medicina alopática no encuentra los efectos deseados. Así como en el caso de pacientes en situaciones crónicas o críticas que hacen peligrar su vida o algunos de los miembros.
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